Pan: En líneas generales podemos decir que los panes artesanos cocidos al fuego de leña y los panes de fabricación artesanal acompañan todos los tipos de quesos. Cuanto más delicado sea el queso, más blanco y menos salado debe ser el pan. Nuestra recomendación: Pan de Cea.
Vino: Blancos fermentados en barrica. Tintos de crianza. Finos, Manzanillas. Vinos dulces. Nuestra recomendación: Adega Vella, Manzanilla Zuleta y Destilerias Miño.
Fruta desecada: Pasas, higos secos, orejones, dátiles, etc.. al concentrar todo su sabor dulce, combinan con todo tipo de quesos, aunque de forma especial con los curados.
Fruto secos: Las nueces son todo un clásico como pareja del queso. Pero también otros frutos secos funcionan muy bien. Por ejemplo, las almendras, pistachos, cacahuetes y las avellanas ligeramente tostadas y poco saladas son complementos perfectos para los quesos curados.
Frutas frescas y silvestres: Uvas y manzanas ácidas. Frambuesas, fresas y grosellas.
Otros maridajes: Buen aceite de oliva y plantas aromáticas como el romero, tomillo o el orégano. Nuestra recomendación: Aceite de Oliva, Ouro de Quiroga.