En el año 1950 se produce el primer relevo generacional, haciéndose cargo de la fábrica el matrimonio formado por Domingo Rey Casas y Amalia Hierro García, en la misma casa donde había iniciado sus pasos como quesera artesana Talita, sobrina de Amalia.
Amalia Hierro y Domingo Rei continuaron con el legado de Talita manteniendo su receta tradicional de fabricación del queso.
El matrimonio estuvo al frente de la fábrica durante quince años ininterrumpidos en los que, poco a poco, fueron introduciéndo los primeros “ avances” para la modernización de la época.
Tal vez el primer signo de aquella modernización fue un par de bombas, de hierro, apenas conocidas entonces, para extraer agua de dos pozos artesanos. Existía un estanque, en forma de prisma rectangular, en cuyo interior se enfriaban bidones de 30 l. de la leche previamente calentada con fuego de leña, en alguna ocasión hubo que desechar la leche, por resultar ahumada, echando al traste todo el trabajo previo realizado.
Posteriormente se adquirió una caldera de producción de vapor, alimentada también con leña, vapor que calentaba rápidamente la leche y evitaba el tan temido“ ahumado” y reducía considerablemente el tiempo necesario en la pasteurización láctea.